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(Faro Noticias/27 de agosto 2024) En medio del debate inacabado sobre la pertinencia de militarizar o no los cuerpos de seguridad pública, el presidente electo de Apizaco, el morenista Javier Rivera Bonilla, anunció que 30 elementos de la Secretaría de Marina (Semar) se incorporarán a la corporación municipal en la materia.
El anuncio lo hizo el exfuncionario estatal a pregunta expresa tras ser entrevistado por reporteros de la fuente al término de la presentación de otro grupo de personas que lo acompañarán en diversas áreas de la administración pública, a partir del 31 de agosto que inicia el próximo trienio.
Sin dar mayores detalles, lo único que refirió el exdirector del Fomtlax fue que esa treintena de elementos de la Semar se sumará a la Dirección de Seguridad Pública de Apizaco, la cual será encabezada por el capitán de Marina, José Ramón Jacques Mena.
La semana pasada Rivera Bonilla desveló que “lo que se ve no se niega: hay una pésima seguridad (en el municipio) y mucha corrupción” en la policía de Apizaco. Incluso, reconoció que “tenemos muchas bandas delincuenciales”, y se comprometió a “prontamente dar una solución”.
Según Human Rights Watch, durante las últimas dos décadas, la intervención militar en tareas de seguridad pública no ha logrado poner fin a la violencia implacable de los grupos delincuenciales y, en cambio, “ha propiciado innumerables atrocidades cometidas por soldados y marinos, con casi total impunidad”.
Para esa organización “los militares, que han sido desplegados desde 2006 para tareas de seguridad pública, han cometido violaciones generalizadas de derechos humanos que incluyen ejecuciones, desapariciones forzadas y tortura, sin reducir los niveles desorbitantes de violencia”.
Por su parte, Mexicanos Unidos contra la Delincuencia (MUCD), considera que “la creciente militarización de la seguridad pública ha sido presentada por los gobiernos civiles que la impulsan como un mal necesario para devolver la seguridad a nuestro país. Sin embargo, a décadas de su implementación e institucionalización, esta estrategia no ha sido capaz de mejorar las condiciones de seguridad y paz en el país”.
En un estudio sobre ese fenómeno, subraya que “gracias a las investigaciones e informes elaborados por la academia y organizaciones de la sociedad civil, existe vasta evidencia que demuestra cómo el uso de las Fuerzas Armadas es una estrategia de seguridad fallida que, además, ha tenido como efecto el aumento en las violaciones a los derechos humanos y en los índices de violencia, así como el debilitamiento de las instituciones de seguridad civiles, entre otros aspectos”.
En contraste, de acuerdo con información obtenida del portal Data México, la población tlaxcalteca tiene “mucha confianza” hacia elementos de la Marina (51.1 %), incluso por arriba del Ejército (43 %), Guardia Nacional (31.7 %), y ni qué decir de los elementos de la Fiscalía General de la República (17.6 %), policía ministerial o judicial (13.4 %), policía estatal (9 %) y policía preventiva municipal (6.48 %).
Incluso, 43.9 % de la población siente “algo de confianza” hacia los marinos y 3.4 % “algo de desconfianza”.
Respecto de las corporaciones municipales, según esa fuente de información pública, 48.6 % de los tlaxcaltecas sentía “algo de confianza, 26.1 % algo de desconfianza y de plano 18.8 % tenía “mucha desconfianza” hacia los elementos de esas áreas de seguridad pública.
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