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Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, expresó su postura respecto al combate al crimen organizado en Sinaloa, destacando la importancia de evitar una confrontación directa que podría desatar un conflicto de mayor magnitud. En una conferencia de prensa realizada en su casa de transición, Sheinbaum afirmó que la intervención federal con un enfoque militar intensivo, caracterizado por el uso de "poder de fuego", podría derivar en una guerra, situación que busca evitarse en su administración.
Sheinbaum señaló que la estrategia de la Cuarta Transformación difiere de la implementada por el expresidente Felipe Calderón. Según la mandataria electa, el enfoque actual pone énfasis en la reducción de la violencia y las muertes, no solo en el ámbito del crimen organizado, sino también entre la población civil. En lugar de esperar que los grupos delictivos cesen sus enfrentamientos por iniciativa propia, el gobierno se centra en garantizar la protección de los ciudadanos.
El contexto de esta declaración se enmarca en una reciente ola de violencia en Sinaloa, que ha resultado en un saldo significativo de víctimas. Según cifras de la Secretaría de la Defensa Nacional, al menos 30 civiles han perdido la vida, 22 de ellos en la ciudad de Culiacán. Además, dos militares, un oficial y un sargento, fueron asesinados en el marco de estos enfrentamientos.
Por su parte, el gobierno estatal ofreció una cifra ligeramente superior, reportando un total de 39 personas fallecidas hasta el lunes. Sin embargo, no se detalló si todas las víctimas estaban relacionadas directamente con el conflicto interno del cártel, lo que subraya la complejidad de la situación en la región.
Las declaraciones de Sheinbaum sobre la violencia en Sinaloa y su enfoque hacia el combate al crimen organizado apuntan a una continuidad en la política de seguridad adoptada durante el actual gobierno, centrada en evitar la escalada del conflicto armado, a diferencia de las estrategias implementadas en el pasado.
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