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(Fabián Robles/2 de octubre 2024) Con la complacencia del cabildo, el panista Pablo Badillo Sánchez aprovechó su condición de presidente municipal de Apizaco para aumentarse excesivamente su sueldo -por arriba de los niveles inflacionarios del país- y también hizo lo propio con la regidora que impuso como suplente cuando él solicitó licencia para dejar el cargo e ir en busca de la reelección en los comicios del 2 de junio.
Entre el 1 de enero y el 15 de abril de 2024, el entonces alcalde se embolsó un primer “pago excesivo” por 24 mil 957.73 pesos, “toda vez que se otorgó incremento considerable de sueldo, en comparación con el sueldo pagado en el ejercicio fiscal de 2022 y 2023”, de acuerdo con documentos públicos del Órgano de Fiscalización Superior (OFS).
Según lo previsto en el párrafo segundo del artículo 40 de la Ley Municipal “las retribuciones a que tienen derecho los munícipes solo podrán variarse anualmente entre los meses de enero y marzo, (y) no podrán incrementarse en cantidad superior al porcentaje inflacionario, considerando el monto bruto a que ascendieran en el año inmediato anterior”.
En una clara violación a ese ordenamiento, Badillo Sánchez -quien fracasó en su intento por reelegirse- cobró 3 mil 565.39 pesos de más y de manera injustificada durante siete quincenas, lo que da un total de 24 mil 957.73 pesos.
Sin embargo, esas no fueron las únicas quincenas en que el panista cobró de manera injustificada un aumento de sueldo excesivo, ya que en junio de 2024 otra vez lo hizo al embolsarse 7 mil 130.78 pesos en total de más, según lo observado por el OFS.
Pero no fue todo, porque entre el 27 de abril y el 3 de junio de 2024 el Órgano de Fiscalización Superior detectó otros pagos excesivos al entonces presidente municipal, correspondientes a tres quincenas por un total de 10 mil 696.17 pesos.
Por lo anterior, el OFS lo emplazó a aclarar, justificar el incremento o reintegrar la cantidad referida a la cuenta bancaria del ayuntamiento.
En ese mismo lapso, el ayuntamiento pagó de forma excesiva e indebida un total de 10 mil 696.17 pesos -equivalentes a tres quincenas, cada una por 3 mil 565.39 pesos- a la séptima regidora Gisela Nava Palacios, quien fue impuesta como presidenta municipal interina por el propio panista cuando él se fue a campaña para participar en los comicios del 2 de junio.
Incluso, con esa decisión -avalada por la mayoría del cabildo- se violó lo previsto en la Ley Municipal, según la cual las faltas temporales del presidente serán cubiertas por quien ocupe la primera regiduría, y si en caso que la persona no pudiera, el cargo será asumido por quien siga en número; sin embargo, eso no ocurrió y, por ese motivo, el Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET) amonestó a quienes integran el ayuntamiento.
Por si fuera poco, entre el 4 y el 30 de junio, Pablo Badillo y el entonces tesorero municipal ordenaron y autorizaron recursos que quedaron registrados en la cuenta “gastos a comprobar” a una treintena de integrantes del ayuntamiento por un total de 799 mil 665.80 pesos, “sin contar con la documentación que compruebe y justifique la aplicación del recurso, además de que dichos pagos no están previstos en el presupuesto de egresos autorizado para el ejercicio fiscal 2024”.
En los documentos del OFS, con distintos montos, esa observación aparece como importe no comprobado o reintegrado.
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